La materia prima: las serpentinas que usamos en cada cumpleaños. La técnica: vas enrollando las serpentinas sobre sí mismas hasta que tengas un disco del tamaño que necesitas, las moldeas, y después utilizas diferentes técnicas de pintura y barnizado para el acabado final. El toque especial: las decoración con patas, tiradores ¡e incluso cajones! ¿Quién iba a decir que con algo tan sencillo se pueden crear tantas cosas chulas?
En las próximas entradas os iremos enseñando algunos de los trabajos ya acabados, pero de momento, ahí va un aperitivo del paso a paso.
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